El viaje que más me gustó fue el que hice a Copenhague, fue en primavera y afortunadamente me toco un clima estupendo, no llovió en toda la semana, fue tan raro que hasta los daneses estaban asombrados.
Me quede en un hotel muy bonito cerca de Nyhavn, una de las calles más coloridas y especiales de Copenhague que está llena de restaurantes y bares justo frente a un precioso canal. Resultaba de lo más divertido pasear (más abrigada que el resto de la gente) y ver a los daneses encantados con el sol, todo el mundo estaba en la calle.
En la plaza al final de la calle había un curioso mercadillo de sábado en donde vendían desde pinturas hasta bolsos hechos a mano, una ricura sin duda y muy singulares. Es gracioso ver como en un lugar que es tan gris la gente se llena de color, es realmente fantástico como imprime alegría al ambiente que la ropa de todos este impregnada de rosas, azules, naranjas, etc... en una ciudad mas soleada no se nota tanto pero ahí resulta muy llamativo.
En fin, lo primero que había que hacer es ir en busca de la Sirenita, era una caminata como de una hora o así, pero el paisaje valía la pena. El primer sitio que pasamos fue el Palacio de Amalienborg que es la residencia de la familia real danesa, ahí era obligatoria la foto con el guardia, ya se que no es Londres pero se parecía un poco.
Después de un rato de caminata y una plática bastante interesante con la amiga que me acompañaba llegamos a otro de los canales el cual tenía un jardín precioso, con árboles de hojas rosas, fuentes, pequeñas iglesias, flores, en fin precioso.
Seguimos un poco más y al fin llegamos a la Sirenita, yo no tenía ninguna expectativa así que realmente no fue una decepción pero tampoco es la octava maravilla del mundo. Trate de tomar una foto decente pero había un par de orangutanes montándose sobre la Sirenita, aunque esta prohibido. Uno estuvo a punto de caerse de cabeza contra las rocas, lamentablemente no lo hizo.
Al día siguiente me fui a dar una vuelta por la milla de oro de Copenhague, que es Stroget en donde encontré una tiendesita de posters super simpática y me pase horas escogiendo varios regalitos.
Seguí mi camino y me fue a Tivoli, es como un parque de diversiones bastante bonito, me pase todo el día ahí disfrutando del día entre patos, música clásica, sol, flores, lagos... encantador.
El domingo me fui a dar una vueltecita en bote por la bahía, esos clásicos paseos turísticos. Me lo pase la mar de bien, lo más curioso que vi fue una replica del David de Miguel Ángel en la bahía, en Copenhague??? rarisimo.
Ese fue mi fin de semana en Copenhague, recomiendo ampliamente que la visiten y conozcan esta maravillosa ciudad.